Uno de los nuestros

¡Tenemos chico nuevo en la oficina! Ha tardado en llegar, pero finalmente ya está aquí… ¡y el finiquito de Domenicali también! Quien viene a sustituirle, “el nuevo”, viene con ganas, y no le queda otra que gestionar este embrollo cinturón en mano.

Pues por fin parece que se toman decisiones de calado en Ferrini. Nuestro querido Steffi se nos ha ido. Ha dimitido, o bueno, eso dice él, porque me da a mí que “lo han dimitido”. Y es que no era normal que semejante patán estuviera encabezando “la escudería más laureada de la historia”. Sus únicos títulos en ocho años fueron los dos de 2007 que se encontró por casualidad (y cuando aún estaba Napolencito Todt por allí) y otro de constructores en 2008. Porque sí, ha habido voces diciendo que si Domenicali era muy bueno, que si el hombre no tenía culpa, que si estaba desbordado, que si… A ver, a mi me parece genial que este hombre fuera una gran persona, y que tuviera un gran corazón y tal, que sí, que sería muy bueno en su casa a la hora de comer, pero si lo suyo es la caridad, que se vaya de misionero a Tanzania, que seguro que allí rinde mucho más que dirigiendo un equipo de F1.

Lo que no se puede es mantener a una persona con horchata en las venas año tras año. En Ferrari han visto como una escudería que vende jarabes de meado de toro les han pasado la mano por la cara en pistas y despachos, y ahora tienen que ver cómo otra escudería que sí que hace coches de verdad les hace el molinillo con la picha delante de sus narices. Y es que el verdadero problema de esta casa de locos es la desorganización que hay. No puede ser que cuando no falla el túnel de viento lo que falla es el simulador, que mientras los demás cuentan con una PlayStation 4 nosotros estamos con una GameBoy tocha, o que cuando el simulador se arregla nos falla la estrategia, y si no, pues los sicarios de la (ma)FIA nos asustan cuando nos miran mal y nos da miedo llevarles la contraria en un despacho. Y para colmo, y después de pedirlo mucho tiempo, ahora lo que nos falla el motorzucho que hemos fabricado. “Sí, sí, pero es que nosotros no queríamos uno a pilas, queríamos uno como los de siempre”. ¡Pues espabila, empanao, que esto es lo que hay!

Muchas cagadas ha tenido Domenicali como para seguir manteniéndole en la silla. “Sí, pero es que lo que han fallado son distintos departamentos y no es culpa de Domenicali…”. Cuando fallan TODOS los departamentos uno tras otro, y año tras año, el que la está cagando es el jefe, como poco. El rol de este hombre es dar las mejores herramientas, y arrancar las orejas a mordiscos, como si de Tyson se tratara, a aquel que no sea capaz de cumplir con aquello por lo que se le paga. Domenicali, que fíjate lo “duro” que era que algunas veces era apodado “Bambi”, ha visto como poco a poco se derrumbaba una escudería que se lo llevó todo de calle no hacía mucho cuando él entró, mientras se buscaba pelusas en sus bolsillos a dos manos. Que se fueron unos pocos de aquella época, sí, pero macho, de un extremo al otro… impasible…

Y ojo, que no digo que sea el único culpable, pero sí que es uno de unos cuantos. Para seguir ¿quién es el que ha mantenido a Steffi durante tantos años en su puesto? Mooontyy. ¿Quién está más preocupado por vender coches que por ganar carreras en F1? Mooontyyy. Lo que pasa es que este si que está bien agarrado a la silla, que le acaban de traer una nueva y bien bonita para otros tres años, pero vamos, que si las cosas funcionasen de otra manera, ya estaba metido en el maletero de un coche y directo al río…

¿Y por qué tiene que ser precisamente ahora, comenzado el mundial, cuando se han decidido a “darle las gracias por sus servicios prestados” a Domenicali? Pues aquí son varias las teorías que circulan:

– Unos dicen que ha sido un ultimátum de Alonso, que siendo el auténtico boss de la escudería, se le habrían hinchado las gónadas y le habría dicho al tío Monty “Oye, que como no saques el talón de los finiquitos yo me doy el piro a final de año”.

– Otros dicen que al Ferdi no le ha gustado un pelo la decisión de que Steffi abandone el barco, porque piensa que no tenía toda la culpa y que el hombre hacía lo que podía, pero que hay que respetarlo porque es decisión suya. Esta versión, obviamente, es la oficial.

– Y otros dicen que esto no tiene nada que ver con #Alo14, que como saben que se las pira el año que viene con su querido amigo Ron, el equipo ha empezado una reestructuración de las gordas preparando la llegada de Frigodedo en unos años y que todo esté preparado para que el chaval se siente y Kitt le lleve hasta la meta el primero, como hace (o hacía) en RBR.

Lo que sí que está claro es que un cambio de estructura lleva muuucho tiempo hasta que empieza a rodar. Que nadie se piense que si hubieran puesto al “Gigoló” Flavio o al “Pescador” Brawn iba a ser llegar y ganar 20 mundiales seguidos desde el día siguiente. El cambio que hay que hacer en la Scuderia es poco menos que una revolución, y para ello han escogido a un hombre de la casa, un hombre que sabe como funciona Ferrari… o por lo menos sus concesionarios, porque han traído a uno que tenía como misión vender cavallinos por América: Marco Mattiacci. Y la verdad es que lo hacía muy bien, pero… ¿es esto lo que necesita Ferrari?

Viendo sus fotos cualquiera diría que es primo hermano de Robert De Niro en “Uno de los nuestros”. Gafas de sol, semblante serio… A priori parece que tenga mala hostia y eso ya contrasta con lo que nos tenía acostumbrados Bambi. En el equipo hace falta sangre nueva y mucha mala hostia que haga que todos los ingenieros aprieten el culo cada vez que el jefe abra la boca. Por lo pronto ha dicho que irá de compras en el mercado de ingenieros siempre y cuando vea que se puede comprar algo mejor. Vamos, que el que no rinda, se puede largar de misiones con Domenicali. Así pues, Mattiacci parece que encaja.

Por otro lado, Mattiacci no tiene ni zorra de F1, ni siquiera de algo relacionado con las carreras porque nunca ha estado cerca de un circuito, pero sí que entiende de organizaciones (y no, no me refiero a mafias y tal, aunque…) y de métodos de trabajo efectivos. A Ferrari le hace falta de eso también. Y no, no hay que saber obligatoriamente de las dos cosas. Es más, mejor saber de una y que de la otra se encargue otro. ¿Sabía Flavio de otra cosa que no fuera vender ropa cuando empezó? NOT. Pero sí que fue capaz de montar un chiringuito a su alrededor que funcionaba como la cabeza de Newey en sus buenos años. Mattiacci es un Flavio, no un Ross Brawn. Han optado por un gestor. Así pues, este parece que encaja.

Más. El Ferdi es un piloto al que le gusta mucho que le doren la píldora. Se pone tontorrón cada vez que alguien le alaba, y parecía que a Stefano sele había olvidado ya eso. Así pues, el nuevo masca de Ferrari lo primero que ha soltado es que “Es el mejor piloto del mundo y ganará un mundial con Ferrari”. Bueno, parece que encaja.

¿Y la imagen del equipo? A nadie le gusta ver a los “Cavallinos rampantes” convertidos en “potrillos vacilantes” que luchan por entrar en los puntos. A Alonso tampoco. Y esta temporada tenía (tiene) pinta de ello. Aunque algún amigo de los psicotrópicos nos quiera vender que aún hay posibilidades de ganar el mundial, lo cierto es que hay 0. Pero otra cosa es la imagen. Si al menos subes a podios, luchas por alguna victoria y haces alguna pole, darás un poquito de pomada en las nalgas a ingenieros, pilotos, patrocinadores y aficionados. Con Domenicali no tenía pinta de que fuera a pasar, pero Marquitos ya ha dicho que no da la temporada por perdida (que, obviamente, es un decir), ergo, van a tirar palante con el coche. Bien. Encaja.

¿Pero el nuevo masca de Ferrari viene para quedarse o es una especie de “Sr.Lobo” de Pulp Fiction? ¿Viene para limpiar la mierda hasta que venga otro o tiene un proyecto a largo plazo? Según el tío Monty, ya le están bordando el nombre en el sillón de su despacho. Pero que a nadie le extrañe que pase lo contrario, que de Monty no te puedes fiar… y mucho menos si de repente se pone a tiro algún otro con una experiencia contrastada.

Marco tiene todo por demostrar, y necesita tiempo. Mucho tiempo. Está claro es que el cambio que se le plantea a Ferrari es tan bestia que tardará. Que nadie espere un coche ganador este año, ni tampoco el año que viene. “¡¡¿¿TAMPOCO??!!”. ¡Pues sí, porque el coche del año que viene se planifica este! Y ahora mismo… no está Mattiacci para planificar otra cosa que no sea cómo afilar la guadaña para que corte mejor.

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