España: behind the scenes

Y tres semanas después del anterior, llegó por fin el GP de casa. Sí, ese GP en el que todo quisqui habla de que los equipos llevan coches prácticamente nuevos… y es verdad, menos en Ferrari, que les da cosica tocar el coche tan mierder que tienen, no vayan a estropear lo bonito que es…

Y bueno, sí que ha sido un GP bastante especial, al menos para el menda, que ha tenido la suerte (defínase “suerte” como “el dinero necesario + las vacaciones en el tajo”) en el momento justo para poder asistir. Así que en este post aprovecharé para contaros alguna historia de lo-que-no-emite-el-abuelo-Bernie-por-la-tv para que (los que no lo hayáis vivido nunca), os hagáis una idea de qué te puedes encontrar en un GP en vivo.

La movida comenzaba el jueves por la tarde con la “Visita al Pit Lane”. En esa tarde, uno puede darse sus paseítos tranquilamente por la zona de boxes y ver como trabajan los equipos en los coches desde detrás de las vallas… hasta que llega a la altura de la cuadra de Ferrari. Una vez ahí, ya no hay vuelta atrás. Hay tal tapón de gente, que uno ya no sabe si está viendo la F1 o en una manifestación contra el paro. El continuo espacio-tiempo se congela y uno lucha por asomar el gaznate para coger algo de aire limpio entre tanto sobaco húmedo.

Porque llegado ese punto, te puedes pegar todo el tiempo que quieras esperando mientras luchas por tu vida, o si te has quedado a dormir la noche antes en el circuito y estás en primera fila en la valla, tienes suerte de poder ver a los mecánicos currando. Sí, a los mecánicos, porque el piloto sale… cuando le sale. Ninguno tiene una hora fija, sino cuando el equipo se lo dice / permite. Los hay como “japo loco” Kobayashi, que están amargados delante de la valla buscando un cacho servilleta sobre el que firmar, los hay como Pastorcito Mal-donado, que tras de que estábamos sólo unos ocho o nueve en su valla, firmó a dos y se volvió a la madriguera, y los hay como el Ferdi, que te salió cinco minutazos (¡guau, cinco minutazos nada menos! FuckYeah…), y firmó todos los autógrafos que pudo antes de que la gente lo apalizara a base de palmadas en la espalda.

Todo eso mientras entre la marabunta se viven escenas tipo Walking Dead, con un montón de brazos estirados queriendo agarrar un cacho de carne de piloto al mismo tiempo que se escuchan gritos, chillidos y demás ruidos que bien podrían venir de lo más profundo de la jungla. Lo peor de todo viene cuando alguien se empeña en estropear tan esperado momento. Una tía lista, que debió pensar que era más lista que nadie, se llevó su nevera portátil a modo de cajón para subirse y estar a más altura que nadie. Hasta ahí pase, pero cuando cargó toda su fuerza bruta sobre los hombros de la desconocida veinteañera que estaba delante suya para intentar conseguir el garabato de su ídolo perdió el juicio. La pobre veinteañera salió de allí con cuatro centímetros de estatura menos de los que entró.

El novio montó en cólera al grito de “¡¡FUERAAAAAAAAAAAAAAA!! ¡¡FUERAAAAAAAAAAAA!!” con los ojos inyectados en sangre mientras un montón de salivazos se dirigían en dirección a la cara de la tipa de la nevera. Las dos fans de Alonso se comenzaron a dar hondonadas de aplausos en la cara, tirones de pelo y demás demostraciones de afecto. Y claro, a mí todo eso me resbalaba. Yo pensaba que si el Ferdi escuchaba en ese momento los chillidos “¡fuera, fuera!” se iría el hombre jodido para el box. Pero la cosa fue peor, porque todo Cristo quiso largar a la lista de la nevera: “¡¡largo ya a tomar por culo de aquí!!” y “¡¡anda a la mierda!!” fueron varias de las cariñosas palabras que tuvimos los allí presentes con semejante “fan”, que finalmente abandonó el rebaño. Pero bueno, finalmente, #Alo14 no escuchó nada de aquello y se hizo unos selfies bastante curiosos que luego subió al twister. Y yo pude hacer el contraselfie xD.

Ya el viernes te lo puedes montar bastante bien, ya que con cualquier entrada te puedes patear el circuito entero y sentarte en la grada que más te plazca. Obviamente, yo planté el culo en la que valía más de 400 boniatos: la tribuna principal alta, frente al box de colorao. Allí, entre otras cosas, te podías encontrar con un acérrimo alonsista que se ha pulido la paga extra en pinturas de color azul y amarillo asturiano para la cara, armado con un megáfono de tómbola con el que cantaba canciones de ánimo al Ferdi compuestas por él mismo y cargando una bandera con la firma de ALO. Lo que me choca es que a mi me pareció que el tipo era chino… o lo mismo era la pintura amarilla…

Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que el tío Monty estaba allí. Nos honraba con su presencia. Monty, que, como decirlo, es una persona a la que le gusta que le aplaudan más que a los monos de feria, salió del box de Ferrari a saludar a la grada, una vez, y otra vez, y otra… y al final, tan cansino fue, que la gente empezó a gritar “¡vete pa tu casa a vender coches ya!”. Pero bueno, el hombre se fue contento igual.

Y sí, ya con los coches rodando, el ploff fue generalizado cuando pasaban a toda castaña por delante. Digámoslo de esta manera: hay más ruido en la sobremesa de un cocido. Se puede chinchorrear tranquilamente con la persona que tengas al lado sin apenas levantar la voz, se puede estar sin tapones en los oídos porque ya no te estallan los tímpanos, y apenas se les oye llegar cuando encaran la recta de meta. Nada que ver con los V8 que pude escuchar en Valencia 2012 o en algún test de Jerez. Desde luego, a uno le tiemblan más las carnes cuando pasan por al lado los gepedoses. Suenan mucho, mucho mejor. Y no, tampoco es un consuelo que ahora quieran solucionarlo… luego lo comento.

Con respecto a los libres, nada que destacar. Solo que se ve que las oleadas de vandalismo nocturno que asolan las calles de nuestro país han subido el nivel y han llegado hasta la máxima competición del motor, pues el Fajitas Pérez tuvo que dar alguna que otra vuelta con el espejo retrovisor de su coche recolgando…

Ya el sábado de clasificación, uno tiene que largarse al hueco por el que ha soltado la guita, que en mi caso era la tribuna M, también llamada “la grada Botín”, toda ella plagada de gorras de “Santander Accionistas”, a pesar de que la grada estaba techada… Un buen sitio para verlo por la curva Seat, en la que, como ahora no hay ruido de motores, se pueden oír los quejidos de las ruedas, que suenan como si les pegasen un susto (“¡¡aaaaaaaaaaahhhh!!”) y algún que otro adelantamiento.

Y a través del pantallote de tv que teníamos enfrente pudimos ver como Pastor se escoñó ya contra el muro en su vuelta de calentamiento de Q1. El descojono padre ante tan esperpéntico suceso invadió el graderío y si afinabas el oído se podían escuchar también las risotas que venían hasta de fuera del circuito… La verdad es que raya lo cómico que este personaje siga pilotando un F1 con la de abuelitas que hay en el mundo que podrían hacerlo mucho mejor que él. Al menos, más barato le iba a salir al equipo, y total, el resultado iba a ser el mismo… 0 points 😉

Por lo demás, hay que destacar que corrió un sudor frío cuando el Ferdi pasó de milagro a la Q3, pero que tornó a caliente en el momento en que a Frigodedo se le cascaron las marchas y tuvo que llamar a un comisario con motillo para que le acercara al box. Al final, Frigodedo P10 + otras 5 de penalización por sustituir la caja de cambios. La peña se desgañitaba de alegría como si ALO hubiese ganado el mundial ya.

Y sí, amigos, hay veces que a uno le ponen a prueba y tiene que demostrar ciertas cosas. Uno demuestra que es un auténtico fan de la F1 cuando, después de un día de solana total, le tocan 30 minutos de paseo desde el circuito a la estación de Renfe Montmeló con una media de 30 grados y una humedad de la hostia, y luego emprende un viaje de 35 minutos en un tren de cercanías Montmeló – Barcelona sin ventilación alguna, sin cristales tintados, con otras 1000 personas, que vienen a ser unos 2000 sobacos y 2000 piernas evaporantes. Cuando a uno le viene el olor a lejía y le empieza a subir el bocadillo por la garganta tiene que tirar de recuerdos para no venirse abajo y preguntarse “¿pero qué cojones hago aquí?”. Espero que no estuvierais comiendo mientras leíais esta última parte… (lo siento) xD.

Menos mal que el domingo ya hizo más fresquito y la cosa se tranquilizó. Después de los reglamentarios abucheos a Frigodedo, y vítores a los demás durante el Drivers Parade, comenzó la carrera. Estuvo entretenida a ratos… para ser el GP de España, claro. Hay que reconocer que Frigodedo se marcó una remontada acojonante, del 15º al 4º, y que, muy a su pesar, su compañero Risitas Ricciardo le volvió a mojar la oreja. Y es que dicen que aquí, la escudería de los jarabes ha traído un Red Bull Frigodedo Special Edition, con unas especificaciones especiales para que tetracampeón deje de quedar en evidencia ante su recién ascendido compañero. Pues ni por esas. De lo que sí les ha valido semejante carraco es para quitarse de en medio a toda la chusma que tenían alrededor.

Así las cosas, los Merches siguen a su aire, a un segundo y pico RBR, y a otro segundo más o menos el resto, en el que hay que meter a Williams, a Lotus… a Ferrari… Sí, porque en Ferrari deben de pasar tanto tiempo explicándole a Matiacci lo que es un alerón, que no les queda tiempo para enredar en el coche. Así que nada, lo que nos quedó por celebrar en la grada fue el bestial adelantamiento del Ferdi a Raicoñen en la última parte de la carrera, que valió por un 6º, cosa que hizo al “hombre de los hielos” quedarse con cara de palo… bueno, con la que trae de serie.

Y así terminó la carrera, y la organización dejó que la gente invadiera la pista para pulirse todas las tarjetas de memoria a base de echarse fotos y poder recoger las virutas de goma que sueltan los Pinrelis que calzan el Ferdi, WhisKimi, Frigodedo, Luisito y demás dependientes de la velocidad. Y, no, no es tan idílico como parece, porque, entre el color, la forma que tienen, y que aún están calientes, las virutas de goma son lo más parecido a unos cagarros de cabra… ¡pero es un bonito recuerdo que te llevas, oye!

Y bueno, los equipos se han querido quedar en Barcelona un par de días más para probar algunas cosillas y ya de paso intentar mejorar algo el truño de sonido que emana de los dichosos V6Turbo experimentando con algún tipo de artefacto de alta tecnología sacado de los laboratorios de la NASA: una trompeta.

Yo la verdad es que no me termino de creer mucho el tema. No sé si es una broma de mal gusto por parte de Lauda, o es que las cosas les van tan bien que se han ido al Party Fiesta a comprar matasuegras, confetis, trompetas y demás instrumentos para el jolgorio y la cosa ha desbarrado tanto que uno de ellos ha ido a parar al escape del coche. Pero lo cierto es que, el Mercedes trompetero ha conseguido hacer el coche más feo, más ridículo, más patético, y menos aerodinámico. ¡Ah! y no ha mejorado el sonido. Es más, dicen que es hasta peor… Con decisiones tan “tunning de barrio” como esta, llegaremos a ver subwoofers en los F1 y los pilotos irán pilotando al ritmo de reggaetón con un cubatazo en la mano. Ojalá ALO ponga al Fary a toda castaña.

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